El proyecto
de Ley estuvo muy presente en las III Jornadas Internacionales sobre formación e investigación en lenguas y traducción, que se llevaron a cabo del 26 al 28 de
agosto en el IES en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández” de Buenos Aires.
El
miércoles 26, en su conferencia inaugural, “Traducturire: espacios del deseo y
la militancia en traducción”, Patricia Willson eligió dos ejemplos para
ilustrar su concepción de militancia en la traducción. Uno de ellos fue la
traducción voluntaria en contextos de turbulencia o de violencia social y
política, como la Primavera árabe o los cinco asesinatos perpetrados recientemente
en México. El otro fue nuestro proyecto de Ley. Y llamó de paso a militar por
este proyecto que, en sus palabras, “es una Ley que ya debería haber sido
sancionada”.
El jueves
27, en el panel de las asociaciones profesionales, Estela Consigli,
vicepresidenta de AATI (Asociación Argentina de Traductores e Intérpretes),
explicó cuáles son los motivos por los que la Asociación defiende el proyecto
de Ley y revisó los artículos más relevantes. En esa misma mesa, también las representantes
de ADICA (Asociación de Intérpretes de Conferencia de la Argentina), asociación
que apoya el proyecto de Ley, lo mencionaron y destacaron su importancia.
Por la
tarde, en el panel donde se presentaron resultados parciales del proyecto que
dirige en el Programa de Investigación del Lenguas Vivas, la investigadora,
docente y traductora Alejandrina Falcón conectó expresamente un fragmento del
pasado traductor de la Argentina (la traducción en el Centro Editor de América
Latina, CEAL, en tiempos de la última dictadura) con los debates del presente a
través de la pregunta “¿Quién puede traducir?”, nombre que le conferimos a la
discusión planteada por algunos sectores en torno al artículo 2 del proyecto.
El viernes por
la noche, luego de la Asamblea General Ordinaria que AATI llevó a cabo con
acceso irrestricto en el Lenguas Vivas, la Comisión Directiva y los socios presentes
dejaron abierto el debate sobre la posibilidad de modificar el estatuto de la
Asociación para poder considerar socios activos, y no adherentes como hasta el
momento, a los miembros que no poseen un título específico pero acreditan el
ejercicio de la profesión.